Sobre el Festival Internacional Comunitario y las relaciones o los apoyos y el movimiento…

En estos días me encontré leyendo BBC mundo con un artículo sobre un profesor de Harvard, que después de más de 76 años de investigación afirma que lo que nos hace verdaderamente felices y saludables son las buenas relaciones. Esto, lo ha dicho otra gente y él mismo lo reconoce. Es una vieja sabiduría. Lo que él dice, es que es fácil de olvidar siendo que como seres humanos nos interesa todo aquello que nos ofrezca una solución inmediata. Según él, cuidar de nuestros amigos, amigas y familiares no es nada que sea sexy o glamuroso, ni fácil, ni rápido. Es una hacer que nunca termina. Al leer esa noticia se la envié a mi padre, quien desde su experiencia de vida, siempre lo he escuchado decir que lo más importante son las relaciones, es los que nos queda. Y tal vez sea eso lo más importante del 1er Festival Internacional Comunitario: Conviviendo Sin Fronteras (La Carpio, 2016).

El festival surgió como un encuentro de amigas y amigos. Yo, que soy parte de Asociación Masaya en la distancia, conocí a Sarah en Argentina, que nació en Suiza y por referencia de amigos y de ella a Josema que nació en España y quien trabaja junto a ella las relaciones entre teatro social y migración (En Maraña) y también conocía  a Meire y a Pedro del Grupo Levante de Teatro do Oprimido de Belo Horizonte, en el tiempo que viví allá. Masaya, aquí en Costa Rica conocía desde sus inicios al Grupo de Teatro Las Voces del Viento de La Carpio. Así confiando en los apoyos se nos ocurrió hacer un festival comunitario, que por ser todos de diferentes países se convirtió en internacional y en él nos pareció apropiado abordar la temática fronteriza….

Nos fuimos imaginando como podría ser y articulando para hacerlo posible. Sarah y Josema consiguieron sus pasajes a través de la universidad. Yo junto con Dé, quien también participó de toda la producción del festival y con su arte pintó un mural, nos vinimos de bicicleta, con el apoyo de conocidos y desconocidos que nos ayudaron con la comida y el hospedaje durante los días de viaje. Meire y Pedro por su cuenta trabajaron para pagar su pasaje. Mientras que Ricky, Lay, Mafe y Anita de Masaya se reunían con amigas, amigos y organizaciones que pudieran darnos su apoyo para esta gran fiesta.

En eso se sumó Estefania Castillo quien nos regaló toda su arte en la imagen gráfica del festival. David Selva quién documentó, foto a foto, vídeo a vídeo, el proceso.  También nos apoyó César Arroyo y los amigos de La Huerta. En La Carpio, las amigas y amigos de Aso Codeca nos ofrecieron el espacio para hacer esta gran fiesta, mientras que los y las de ACAU se entregaron ayudarnos con toda la logística y arte, pintando y bailando. Organizaciones como RET International, Viceministerio de Cultura y juventud de Costa Rica, con las que ya Masaya había trabajado y otras organizaciones nuevas que por referencia de amigos y amigas se sumaron al proyecto como la OIM -Costa Rica, nos dieron también su ayuda.  

Esto sin contar con los grupos de teatro, que algunos prestándonos infraestructura y/o arte llenaron la agenda cultural del FIC. Además Doña Rosa y su familia, que desde hace más de tres años vienen trabajando junto con Masaya que nos dio una mano en la comida. El Chino, de La Carpio, con su paciencia y amorosidad nos ayudó a realizar los traslados. Aquí también nos ayudó mi hermano Toño, quien con su carro nos dio una mano. Johara madrina de Las Voces del Viento, que se entregó a la propuesta y estuvo ahí para todo lo que fuera necesario. Como Glory, Nacho y Dany de la ULatina.

Christel y Markel quienes, desde la amistad que tenemos, decidieron regalarnos su presencia, pagar su pasaje y venir a compartir su trabajo en el Festival. También mi papá y mi mamá (Gustavo y Tere) que aprovechando que estaban de visita compartieron un poco del trabajo que desde hace años vienen realizando junto con muchas otras personas en la red CECOSESOLA (Venezuela). Erick Solis y su trabajo en Arquitectura en Bicicleta que nos ayudó junto con otros grupos, como Chepecletas y bicibus a organizar la Cletada y un conversatorio vinculado al tema de la movilidad en bici. Los amigos y amigas de casa teatro que nos permitieron hacer de su casa nuestra casa. Y todos aquellas amigas y amigos, que desde Europa, Norteamérica o Sudamérica nos dieron su aporte económico.

Durante el festival tuvimos cinco talleres, en los cinco primeros días de este encuentro, comenzamos con el taller de Redes de Apoyo Mutuo ofrecido por Asociación Masaya y terminamos con el taller La Danza de cada uno, ofrecido por Christel. En el ese último taller Christel nos hablaba de la importancia de los apoyos para poder movernos. Necesitamos de los apoyos para realizar cualquier movimiento. Pensé entonces que esto es así no solo para el caminar, el bailar, el correr, el saltar, sino para todo.

Claro, no fue, ni continua siendo, fácil ni rápido artícularnos y cuidar de las relaciones con todas estas personas y organizaciones.  Tampoco sexy o glamuroso. Es algo que necesita de tiempo, de abrir los ojos y conseguir ver al otro. A veces no lo logramos, dejamos de ver al otro y lo machucamos o dejamos de vernos y de repente nos percibimos machucados, toca entonces retomar la relación, sentarnos y rever lo que ha pasado, por dónde y cómo continuar juntos. También si es posible o no. Tal vez se trata, como dice Christel, de no forzar nada.

Imágenes tomadas el Facebook de Asociación Masaya

¿En qué consistió el 1er Festival Internacional Comunitario: Conviviendo Sin Fronteras (La Carpio, 2016)?

Fue un encuentro que comenzó hace unos dos años a finales del 2014, entre e-mails y constantes reuniones vía skype para irle dando forma a lo que juntos soñabamos. Ahí ya comenzó la experiencia, articularlos en función a los tiempos de cada uno, a las formas de percibir y llevar la vida. Desde un inicio un ejercicio de lo comunitario, también de lo internacional.

Estábamos convencidos de que de alguna u otra  forma realizaríamos el FIC. De hecho, una vez que vimos que no ganamos el financiamiento de Iberescena para el que aplicamos, comenzamos a re-ver la idea y hacerla de un tamaño el cual fuésemos capaces nosotros mismos -con los apoyos con los que contábamos- de realizar.

Así fue como nos propusimos que los talleres, fueran uno por día facilitado por nosotros mismos (Sarah y Josema con su Maraña Europea, Meire y Pedro del Grupo Levante de Teatro do Oprimido de Belo Horizonte Brasil, Asociación Masaya de Costa Rica) y personas amigas (en el camino apareció Markel de Venezuela y Christel de Argentina). Otro criterio, fue el no tener actividades aconteciendo en paralelo de forma que tuviéramos la posibilidad los organizadores de participar y disfrutar de todas las actividades. Esto, considerando además que no nos conocíamos entre todos y era una oportunidad esta para conocer nuestros trabajos.

La fecha del festival se dio a partir de nuestras agendas, diciembre todos teníamos alguna forma de hacer tiempo. También en San José Costa Rica, ese mes es parte de los escasos períodos en los que no llueve. Cada uno fue articulando la forma de venir, mientras también nos articulamos con amigas y amigos que pudieran apoyar el festival, con su trabajo, tiempo, o recursos económicos. Lo mismo hicimos con algunas organizaciones.

La temática del festival, se la debemos a Las Voces del Viento, si bien el tema de las fronteras nos atravesaba de una u otra manera a todos, fue ese grupo de teatro de La Carpio, con el que desde Asociación Masaya veníamos trabajando el que le puso el nombre: “Conviviendo Sin Fronteras”… También fueron ellos el que le dieron local, su comunidad: La Carpio.

Antes de llegar, Josema desde España, propuso que nos encontramos una vez por semana para compartir los juegos y técnicas grupales que conocíamos. Hablamos con los amigos y amigas de Teatro Giratablas y nos cedieron un espacio en su agenda. Así durante cuatro miércoles por dos horas y media se dieron los “Encuentros para jugar”. Dé, que vino en bici conmigo, propuso también entrenamientos de Capoeira, y de igual forma contactamos a las amigas y amigos de RET International para que nos prestaran un espacio donde entrenar. Los lunes y viernes por dos semanas -antes del festival- nos encontramos. De estos espacios participamos integrantes del equipo productor y personas interesadas con la propuesta o en el caso de la capoeira, integrantes del grupo Jóvenes Madiba. Jóvenes que también con un mural compartieron su arte durante el FIC.

Así también creamos el conversatorio: experiencias en proyectos comunitarios. Un espacio donde con el apoyo nuevamente de RET international, Dé, Josema, Gustavo y Tere (estos últimos de Cecosesola) pudieron compartir su experiencia con proyectos comunitarios en Brasil, Alemania, y Venezuela.

Así se fue dando el Festival, hasta que llegamos a los una y otra vez imaginados días del 12 al 18 de diciembre. Iniciamos con el taller de (1)Redes de Apoyo Mutuo facilitado por Asociación Masaya de Costa Rica, con él queríamos colocar el foco en la gestión de proyectos comunitarios, imposible sin una red de mutua colaboración. Luego, nos encontramos con Markel de Venezuela  y su taller de (2)Teatro de la Integración, en él nos acercamos a la temática migratoria y, a través del psicodrama y el teatro espontáneo, a nuestras propias historias de migración. El miércoles 14, nos encontramos con Josema y Sarah de Maraña (Suiza-España), en el taller (3)¿Fronteras?, a través de juegos, bailando, cantando, teatreando, o performando, pensamos qué es un frontera. Fue un espacio tiempo, donde pudimos ver la fronteras también como unión, como algo necesario para la existencia de un individuo, de una comunidad, como una línea que integra una cosa con otra imposibilitando definir qué es una cosa y qué es otra. El jueves, fue el turno de Meire y Pedro, del Grupo Levante de Teatro do Oprimido de Belo Horizonte, con ellos vimos la técnica de (4)teatro periódico de Teatro do Oprimido. Para ello un poco de la historia de esta técnica teatral y de su práctica con escenas realizadas por nosotros mismos a partir de la lectura de diversas noticias. Cerramos los talleres con Christel de Argentina y su taller (5)La danza de cada uno en el que pudimos percibir un poco de los apoyos necesarios para el movimiento, la comodidad no como forma de vagancia sino como posibilidad de fluir.

Fue bonito también que durante los talleres las meriendas y almuerzos que en principio habíamos pensado para el equipo productor alcanzó para todas las personas participantes. Creándose a la hora de comer otro espacio de comunión.  

Llegó el sábado 17 y el domingo 18 de diciembre, días en los que quisimos dedicarlos a actividades recreativas, muestras de arte y cultura. Iniciamos con una “Cletada”, como le dicen aquí en San José, desde La Merced hasta La Carpio. Fuimos unas 10 personas en este recorrido. El cual, al menos para mi y para Dé fue bastante simbólico, pensando en que previamente habíamos recorrido más de 1000Km en bici para llegar hasta el festival. Al llegar junto con Erick Solis de Arquitectura en Bicicleta, en el patio de una de las vecinas de La Carpio, realizamos el conversatorio: Rompiendo Fronteras en Cletas, sobre movilidad en bici. Después, con una baqueana de La Carpio, Kattia fuimos a recorrer sus calles y conocer un poco de su historia.

Pasado el medio, nos entregamos a la Peña Cultural, donde animados por jóvenes de La Carpio, se fueron presentando diversas agrupaciones y personas deseosas de compartir su arte. Meire, de Brasil, nos enseñó hacer unas muñequitas de telas hechas con nudos, símbolo de la creativa, en los navíos negreros. Cuenta la leyenda que esas muñecas eran hechas por las mujeres esclavizadas para que sus hijos e hijas tuvieran con qué jugar. También, hubo capoeira, presentaciones de circo, danza, teatro.

El Domingo 18, que era el Día Internacional del Migrante, la OIM-Costa Rica, por la mañana llevó el Festival Internacional de cine sobre Migración para La Carpio. Las personas participantes, vieron un documental con la temática, conversaron vía skype con su directora. Mientras sucedía esto, en la calle, los Jóvenes Madiba, los Jóvenes de ACAU, Dé y Estefanía junto con otras personas que se fueron acercando llenaron, con varios murales,  aún más color La Carpio. En la tarde, cerramos el festival, con más arte y cultura. Durante ese fin de semana, no podemos olvidar la exposición que Estefanía Castillo y César Arroyo con ayuda de Yamil de La Paz, nos regalaron. Fue sobre el patrimonio in-material de La Carpio, investigación realizada por los chicos y chicas de Las Voces del Viento junto a Asociación Masaya, con el apoyo del Ministerio de Cultura y Juventud de San José.

Un promedio de 28 personas participamos de cada uno de los talleres.  De las actividades del fin de semana también fuimos alrededor de 200 personas las que participamos.  Personas de todas las edades. El festival, tuvo ese criterio y particularidad, todas las actividades, talleres, conversatorios, presentaciones, fueron abiertas a todo público. Contamos con la presencia de personas de 2 años como con personas de más de 70 años. Algunas vinculadas al teatro, otras no. Algunas de la comunidad de La Carpio, otras de otras regiones de San José o cercanas, otras de otras partes del mundo (Francia, Suiza, España, Alemania, Venezuela, Brasil, Nicaragua, Argentina, Colombia). Para participar solo hacía falta llegar. Y quién quisiera y pudiera de los participantes podía colaborar con el festival, sea donando dinero o contribuyendo con el trabajo de logística, era también bienvenido.

Importante decir que fue posible ofrecer un espacio con estas características gracias a las diversas colaboraciones de muchas personas de diferentes lugares del mundo. Y eso es algo que llevo conmigo de este festival, la importancia de trabajar a partir de los apoyos (Organizaciones amigas, grupos de teatro, de música, artísticas independientes, instituciones privadas y del estado)  y del cuerpo que como equipo productor vamos siendo.

Esperamos y hacia allá vamos, poder realizar la segunda edición de este festival en diciembre de 2018 en Belo Horizonte -Brasil, ciudad sede del Grupo Levante de Teatro do Oprimido y donde desde hace unos 5 años venimos cultivando relaciones .
Fotos tomadas del Facebook de Asociación Masaya. 

Juego # 2: pensando convivencia y frontera

Por Cori

A continuación comparto algo de lo que estuve escribiendo durante 7 días del viaje que nos propusimos escribir al final de cada día, qué oímos, qué vimos, qué pensamos y qué concluimos entorno a la idea de “convivencia” y “frontera”. Esto con la idea de experimentar entorno a qué sería una investigación educativa (leer articulo anterior) y considerando que vamos camino a un festival que busca sensibilizar entorno a los asuntos fronterizos.

En una próxima entrada comparto lo que percibí sobre el juego, lo que este pienso generó en mi. 

Convivencia

Me parece difícil pensar en la convivencia sin caer en el cliché, en lo que ya se sabe.

Convivencia, nuestra relación con las personas que trabajan en los puestos de gasolina donde pasamos parte de tarde y noche? O el momento que pasamos con José, un señor que conocimos mientras nos resguardavamos del sol en Sajalices, Panamá?

También, observo que asocio convivencia a casos o situaciones que considero “buenas”. A compartir comida, un espacio-tiempo, cariño… pero será que si no se comparte comida, espacio-tiempo, cariño, no se convive?

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Frontera

También vengo observando asocio la frontera directamente a país, en cuanto una linea artificial que separa un territorio de otro. Será esa la única forma de pensar la frontera? De qué otras formas puedo pensar y vivo las fronteras?

Hace dos días estuvimos Dé y yo asociando “frontera” a otras palabras, surgieron estas: (en medio del juego surgió la palabra «migrar» que también fuimos asociando…frontera-esquema

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Hoy apareció en la carretera otra palabra que tiene que ver con frontera y no habíamos considerado: divisa. Divisa me remite a algo que está “con”… pensando en la idea de que “hace divisa con”, es algo que se encuentra con algo. Lo que me hace pensar en que si “frontera” no podría estar asociada también a encuentro, porque implica dos lugares. Que se tocan, que se encuentran, que se limitan.

Y ese encuentro crea un tercer lugar, que no es ni lo uno ni lo otro, donde no se es de un lugar o de otro, donde se integran de alguna forma ambos lados. Y por eso, tal vez, como escuchábamos decir en Colombia, “la frontera es un lugar complicado”.

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Senafront es una especie de policía, en Panamá, dedicada al tema fronterizo, al resguardo del territorio. Cuando estuvimos en Puerto Obaldía (Panamá), poblado fronterizo con Colombia, en el caribe. Fuimos recibidos por ellos. Revisaron todo nuestro equipaje y pasaporte, después nos dejaron pasar a migración. Ese pueblo es pequeño, tendrá unas 1000 personas. Allá fuimos tras un lugar para colocar nuestra carpa. Nos encontramos, entonces, con un grupo de cubanos y cubanas que estaban albergados en una casa que parecía abandonada. Nos invitaron a dormir con ellos. Ellos llevaban más de un mes en esta localidad, sin poder salir de ahí. El gobierno de Panamá ante una ola migratoria (personas que migran de Haití, el Congo, Cuba) los retuvo ahí. De esta forma, en este pueblo habían más de 120 cubanos. Además de personas de la comunidad indígena Kuna, habían de Colombia que viven ahí y llegaron huyendo de la guerra civil en su país, y de otras nacionalidades que iban de paso, ecuatorianas, mexicanas, argentinas, brasileñas.

El domingo que pasamos en este lugar, en la tarde hubo un juego de voleibol y nos llamó la atención porque todas estas personas estaban jugando juntas, con la gente de la comunidad, y los oficiales de Senafront y de migración. Pensé en que podría ser esa una muestra de una convivencia sin fronteras pero ahora pienso que es esa una muestra de una convivencia en la frontera… donde todos y todas se encuentran… y siguen algunas reglas para poder jugar juntas, a veces hacen trampa, se pelean, se abrazan, se alegran…. juegan…sam_0649

 

Financiamiento Colectivo para el Festival Internacional Comunitario: Conviviendo Sin Fronteras

Amigas y amigos esta semana iniciamos la campaña de financiamiento colectivo para FIC: Conviviendo Sin Fronteras 2016.

fic-logoFue hace dos años que, con Ricky, Lay, Anita, Mafe, las chicas y chicos del grupo de teatro de Las Voces del Viento en Costa Rica, Sarah y Josema en Europa (a veces, en Suiza, a veces en España, a veces en Alemania) y Meire en Brasil, comenzamos a soñar con este encuentro comunitario.

¿Cómo podemos desenmascarar a través del teatro las construcciones sociales que generan la exclusión de seres, igualmente, humanos? Fue la pregunta que juntos nos hicimos y nos ha motivado a llevar acabo el FIC, que realizaremos del 12 al 18 de diciembre de 2016. En él, abierto a todo público, tendremos:

  • Talleres: Teatro Social, Teatro del Oprimido, Teatro de la integración, Redes de apoyo mutuo ¿cómo fortalecerlas?.
  • Presentaciones: de grupos de teatro, nacionales e internacionales acompañados de buena música.
  • Exposición fotográfica: Proceso de levantamiento de información: Patrimonio Cultural de La Carpio 2015.

Si pueden ayudarnos con alguna donación y/o divulgar la campaña: ¡Gracias!

Con el dinero recaudado cubriremos:

  • Pasajes de avión para las personas que vienen de otros países: Brasil, Ecuador, Alemania, España, Argentina, Nicaragua y El Salvador.
    Alojamiento.
    Alimentación e hidratación.
    Transporte terrestre.

Nosotros continuamos pedaleando en dirección a este Festival… cada vez más cerca, ya por Panamá…