Sobre ¿hospitalidad?

Dos veces, de ida y de vuelta nos quedamos en la iglesia de Palmar Norte (Costa Rica). La primera vez nos atendió Jesús (el diácono), nos prestó un salón, unas colchonetas, lugar donde bañarnos y acceso a internet. Nos quedamos una noche. De regreso, nos atendió Gerardo (el padre), nos vio y nos preguntó si necesitábamos campo donde quedarnos, le dijimos que si, y preguntó si preferíamos dormir en algún salón o en la casa. En la casa, dijo que tomáramos lo que quisiéramos de la cocina y nos dio la llaves para entrar y salir a comodidad. A él casi no lo vimos la primera vez. Ninguna de las dos veces igual, ni Jesús ni él, preguntaron nada sobre nosotros. Ni nuestros nombres, ni qué hacíamos, ni de dónde veníamos.

Gerardo nos contó que son varias las personas que llegan como nosotros, que cuando no tiene espacio en la iglesia, ni en sus salones, ni en la casa, le pide el favor a una de persona amiga que alquila cuartos.

Pensamos entonces en un cierto espacio/tiempo de suspensión que se crea cuándo alguien recibe a otro de esa manera. Si somos o no somos, si trabajamos o no trabajamos, si hicimos o no hicimos parece no importar… ¿Se trata de un gesto de humanidad? ¿de hospitalidad?

Jesús y Gerardo no son los únicos que nos han tratado de este modo. Algunas personas lo hacen ofreciéndonos algo de comida, agua, o apoyándonos de las más diversas maneras, sin más. De la mayoría de esas personas no sabemos ni su nombre- ¿Por qué eso sería importante?