¿En qué consistió el 1er Festival Internacional Comunitario: Conviviendo Sin Fronteras (La Carpio, 2016)?

Fue un encuentro que comenzó hace unos dos años a finales del 2014, entre e-mails y constantes reuniones vía skype para irle dando forma a lo que juntos soñabamos. Ahí ya comenzó la experiencia, articularlos en función a los tiempos de cada uno, a las formas de percibir y llevar la vida. Desde un inicio un ejercicio de lo comunitario, también de lo internacional.

Estábamos convencidos de que de alguna u otra  forma realizaríamos el FIC. De hecho, una vez que vimos que no ganamos el financiamiento de Iberescena para el que aplicamos, comenzamos a re-ver la idea y hacerla de un tamaño el cual fuésemos capaces nosotros mismos -con los apoyos con los que contábamos- de realizar.

Así fue como nos propusimos que los talleres, fueran uno por día facilitado por nosotros mismos (Sarah y Josema con su Maraña Europea, Meire y Pedro del Grupo Levante de Teatro do Oprimido de Belo Horizonte Brasil, Asociación Masaya de Costa Rica) y personas amigas (en el camino apareció Markel de Venezuela y Christel de Argentina). Otro criterio, fue el no tener actividades aconteciendo en paralelo de forma que tuviéramos la posibilidad los organizadores de participar y disfrutar de todas las actividades. Esto, considerando además que no nos conocíamos entre todos y era una oportunidad esta para conocer nuestros trabajos.

La fecha del festival se dio a partir de nuestras agendas, diciembre todos teníamos alguna forma de hacer tiempo. También en San José Costa Rica, ese mes es parte de los escasos períodos en los que no llueve. Cada uno fue articulando la forma de venir, mientras también nos articulamos con amigas y amigos que pudieran apoyar el festival, con su trabajo, tiempo, o recursos económicos. Lo mismo hicimos con algunas organizaciones.

La temática del festival, se la debemos a Las Voces del Viento, si bien el tema de las fronteras nos atravesaba de una u otra manera a todos, fue ese grupo de teatro de La Carpio, con el que desde Asociación Masaya veníamos trabajando el que le puso el nombre: “Conviviendo Sin Fronteras”… También fueron ellos el que le dieron local, su comunidad: La Carpio.

Antes de llegar, Josema desde España, propuso que nos encontramos una vez por semana para compartir los juegos y técnicas grupales que conocíamos. Hablamos con los amigos y amigas de Teatro Giratablas y nos cedieron un espacio en su agenda. Así durante cuatro miércoles por dos horas y media se dieron los “Encuentros para jugar”. Dé, que vino en bici conmigo, propuso también entrenamientos de Capoeira, y de igual forma contactamos a las amigas y amigos de RET International para que nos prestaran un espacio donde entrenar. Los lunes y viernes por dos semanas -antes del festival- nos encontramos. De estos espacios participamos integrantes del equipo productor y personas interesadas con la propuesta o en el caso de la capoeira, integrantes del grupo Jóvenes Madiba. Jóvenes que también con un mural compartieron su arte durante el FIC.

Así también creamos el conversatorio: experiencias en proyectos comunitarios. Un espacio donde con el apoyo nuevamente de RET international, Dé, Josema, Gustavo y Tere (estos últimos de Cecosesola) pudieron compartir su experiencia con proyectos comunitarios en Brasil, Alemania, y Venezuela.

Así se fue dando el Festival, hasta que llegamos a los una y otra vez imaginados días del 12 al 18 de diciembre. Iniciamos con el taller de (1)Redes de Apoyo Mutuo facilitado por Asociación Masaya de Costa Rica, con él queríamos colocar el foco en la gestión de proyectos comunitarios, imposible sin una red de mutua colaboración. Luego, nos encontramos con Markel de Venezuela  y su taller de (2)Teatro de la Integración, en él nos acercamos a la temática migratoria y, a través del psicodrama y el teatro espontáneo, a nuestras propias historias de migración. El miércoles 14, nos encontramos con Josema y Sarah de Maraña (Suiza-España), en el taller (3)¿Fronteras?, a través de juegos, bailando, cantando, teatreando, o performando, pensamos qué es un frontera. Fue un espacio tiempo, donde pudimos ver la fronteras también como unión, como algo necesario para la existencia de un individuo, de una comunidad, como una línea que integra una cosa con otra imposibilitando definir qué es una cosa y qué es otra. El jueves, fue el turno de Meire y Pedro, del Grupo Levante de Teatro do Oprimido de Belo Horizonte, con ellos vimos la técnica de (4)teatro periódico de Teatro do Oprimido. Para ello un poco de la historia de esta técnica teatral y de su práctica con escenas realizadas por nosotros mismos a partir de la lectura de diversas noticias. Cerramos los talleres con Christel de Argentina y su taller (5)La danza de cada uno en el que pudimos percibir un poco de los apoyos necesarios para el movimiento, la comodidad no como forma de vagancia sino como posibilidad de fluir.

Fue bonito también que durante los talleres las meriendas y almuerzos que en principio habíamos pensado para el equipo productor alcanzó para todas las personas participantes. Creándose a la hora de comer otro espacio de comunión.  

Llegó el sábado 17 y el domingo 18 de diciembre, días en los que quisimos dedicarlos a actividades recreativas, muestras de arte y cultura. Iniciamos con una “Cletada”, como le dicen aquí en San José, desde La Merced hasta La Carpio. Fuimos unas 10 personas en este recorrido. El cual, al menos para mi y para Dé fue bastante simbólico, pensando en que previamente habíamos recorrido más de 1000Km en bici para llegar hasta el festival. Al llegar junto con Erick Solis de Arquitectura en Bicicleta, en el patio de una de las vecinas de La Carpio, realizamos el conversatorio: Rompiendo Fronteras en Cletas, sobre movilidad en bici. Después, con una baqueana de La Carpio, Kattia fuimos a recorrer sus calles y conocer un poco de su historia.

Pasado el medio, nos entregamos a la Peña Cultural, donde animados por jóvenes de La Carpio, se fueron presentando diversas agrupaciones y personas deseosas de compartir su arte. Meire, de Brasil, nos enseñó hacer unas muñequitas de telas hechas con nudos, símbolo de la creativa, en los navíos negreros. Cuenta la leyenda que esas muñecas eran hechas por las mujeres esclavizadas para que sus hijos e hijas tuvieran con qué jugar. También, hubo capoeira, presentaciones de circo, danza, teatro.

El Domingo 18, que era el Día Internacional del Migrante, la OIM-Costa Rica, por la mañana llevó el Festival Internacional de cine sobre Migración para La Carpio. Las personas participantes, vieron un documental con la temática, conversaron vía skype con su directora. Mientras sucedía esto, en la calle, los Jóvenes Madiba, los Jóvenes de ACAU, Dé y Estefanía junto con otras personas que se fueron acercando llenaron, con varios murales,  aún más color La Carpio. En la tarde, cerramos el festival, con más arte y cultura. Durante ese fin de semana, no podemos olvidar la exposición que Estefanía Castillo y César Arroyo con ayuda de Yamil de La Paz, nos regalaron. Fue sobre el patrimonio in-material de La Carpio, investigación realizada por los chicos y chicas de Las Voces del Viento junto a Asociación Masaya, con el apoyo del Ministerio de Cultura y Juventud de San José.

Un promedio de 28 personas participamos de cada uno de los talleres.  De las actividades del fin de semana también fuimos alrededor de 200 personas las que participamos.  Personas de todas las edades. El festival, tuvo ese criterio y particularidad, todas las actividades, talleres, conversatorios, presentaciones, fueron abiertas a todo público. Contamos con la presencia de personas de 2 años como con personas de más de 70 años. Algunas vinculadas al teatro, otras no. Algunas de la comunidad de La Carpio, otras de otras regiones de San José o cercanas, otras de otras partes del mundo (Francia, Suiza, España, Alemania, Venezuela, Brasil, Nicaragua, Argentina, Colombia). Para participar solo hacía falta llegar. Y quién quisiera y pudiera de los participantes podía colaborar con el festival, sea donando dinero o contribuyendo con el trabajo de logística, era también bienvenido.

Importante decir que fue posible ofrecer un espacio con estas características gracias a las diversas colaboraciones de muchas personas de diferentes lugares del mundo. Y eso es algo que llevo conmigo de este festival, la importancia de trabajar a partir de los apoyos (Organizaciones amigas, grupos de teatro, de música, artísticas independientes, instituciones privadas y del estado)  y del cuerpo que como equipo productor vamos siendo.

Esperamos y hacia allá vamos, poder realizar la segunda edición de este festival en diciembre de 2018 en Belo Horizonte -Brasil, ciudad sede del Grupo Levante de Teatro do Oprimido y donde desde hace unos 5 años venimos cultivando relaciones .
Fotos tomadas del Facebook de Asociación Masaya.