Por Cori

Estiguates es un caserío de los andes venezolanos.  En él -muy cerca del páramo- viven alrededor de 70 familias. De esas familias, 14 personas hacen parte de la Cooperativa Estiguates. Cooperativa de productores con más de 20 años de existencia que compone la red de organizaciones que dan vida a Cecosesola.

En esta pequeña cooperativa hay tanto personas jóvenes (menores de 18 años) como personas con más años vividos (mayores de 60 años). Ellas de alguna u otra forma son familia. Juntas producen para la venta  –principalmente-  zanahoria y papa. Productos que venden en las ferias de Cecosesola, en Barquisimeto, estado Lara. Y que producen en sus tierras -de propiedad individual o propiedad colectiva.

En las tierras de propiedad colectiva producen algunas de las personas asociadas de la organización dándole el 50% de las ganancias de la producción a la cooperativa. Ese 50% se destina a los diversos fondos con los que cuenta la cooperativa. De las ganancias de las siembras de propiedad individual también se deja un porcentaje, acordado entre los asociados, para la organización. Así, como se deja otro porcentaje para la caja de ahorro de cada asociado u asociada.

Los fondos son especies de “vacas” que semana a semana van alimentando para al momento de necesitar dinero poder solventar determinada situación. Existen en esta cooperativa varios fondos, entre ellos: el fondo de salud destinado para cualquier problema de salud que sufra cualquiera de las personas asociadas. El fondo de ensayo, con el cual se proponen cubrir los gastos que pueda generar cualquier experimentación, por ejemplo, con nuevas semillas. El fondo de Macario, Macario es uno de los tres camiones con los que cuenta la cooperativa, él como los otros, tienen sus respectivos fondos para en el caso de necesitar alguna reparación poder contar con (por lo menos parte de) los recursos necesarios para ello… fondo de educación con el cual se pagan los costos de las actividades educativas de la cooperativa, como la participación en las convivencias con las demás organizaciones que componen Cecosesola.

En estos momentos por la situación de Venezuela -cuya inflación anual es superior al 500%- tratan de no tener dinero en estos fondos sino de ir comprando los recursos que necesitan o necesitaran a largo plazo, como repuestos para los carros, semillas, medicamentos…

Cada uno de los fondos como la caja de ahorros es administrado por un compañero o compañera diferente y de forma rotativa.

Lunes a lunes, se reúnen en su casa campesina (espacio para hospedar alrededor de 40 personas) para compartir las diversas informaciones vinculadas al trabajo cooperativo y pensar juntos cómo y por dónde continuar andando. Cada compañero o compañera, por ejemplo, responsable de algún fondo dice que se ha hecho con el dinero, cuánto se tiene, propone y discute junto con el resto de grupo qué hacer ante la situación que en ese momento estén viviendo.

Me ha impresionado y dejado pensando esas diversas “vacas” que de forma transparente van alimentado –algo que no es característico solo de esta cooperativa sino de toda Cecosesola- y las cuales son muestra de una organización que han venido y continúan construyendo y que especialmente en estos tiempos de inflación, escases y desestructuración social parece ser como  tierra fértil de la cual tenemos cierta seguridad continuarán naciendo cosas nuevas…

Fotos de Tere Correa, ¡gracias!